17.9.07

FILOSOFÍA LÚBRICA

por el Sr. Camacho

Escena de "Adelante Dante".

Un Ángel y un Demonio se disputan al agonizante Dante, que drena suave y entregado en un bidón de 5 litros. La madre del moribundo intercede para que su hijo tenga un buen pasar en el limbo lamé rojo o celeste.
Y eso sí, todo licuado en zumo líbido vanguardista.
El Ángel, the strike again de un Marcos Cáceres con su cerebro de extraña fractura en plena efervescencia. Príncipe de la verdura insólita, del acído desoxirribonucleico verbal, poesía pélvica filosfósfica en trapecio bamboleante del triple mortal inesperado.
El Demonio, un Rodríguez! con calzoncillo prestado y con el gruñido sólido de la experiencia a flor de barba, se permitió el lujo de integrar su risa diabólica a la ficción terrenal e involucró la nueva tecnología polifónica del clásico “Chín-chín-chín-chín” de “Psicosis” en una aparición ultraterrena.
Y entonces, la Caviccia inesperada múltiplo de tres en una sucesión de encarnaciones inolvidables: la lacrimosa madre, El Fantasmita del Tap, un dadaísta hallazgo ectoplasmático que deseamos volver a convocar, en un espiral delirante y aflautado de un ánima desanimada que espera el trole infame que la lleve al más allá. Y luego, de remate triple equis, la oral nurse que hace gala de sus dotes lingüísticas bajo la sábana almidonada donde yace el moribundo (que estaba resuelto mediante un ingenioso recurso de utilería pero que dadas las retorcidas circunstancias hubiera deseado que llegara el Hada Azul de Pinocho y lo hubiera vuelto carnal y sensible).
Como moño final, el agonizante trasmigra al cuerpo de la enfermera succionadora en una desconcertante vía de reencarnación.
Un minúsculo que inaugura la corriente porno soft, que combinó hábilmente múltiples doctrinas filosóficas, citas literarias, conceptos trasgresores sobre la vida, vestuarios de high design y dejó al público tambaleando sobre su fe y creencias más ortodoxas.

Un pecado: Los 72 PC que iluminaban la escena y la pueril excusa de Rodríguez! de “No teníamos tiempo para pensar qué luces poníamos”.

Una virtud: El giro a lo Film Zone de madrugada.

Trivia (Nuevo ítem!): A la actriz que interpretó al Fantasmita del Tap se le escuchó decir tras bambalinas “No sé cómo encarar el personaje”.

Calificación: No apta para pacatos.



2 comentarios:

rafa dijo...

Exelente verba camacho!

Anónimo dijo...

Impactante presentación del MAYUSCULO minúsculo con exquisitas reminiscencias chachachenses... Y además complementando perfectamente este pedazo de review, con una prosa que parece inspirada por el fantasma lisérgico de Federico Klemm...
El ángel y el fantasmita del tap quedan desde ya obligados (SI, es una amenaza) a reaparecer en cualquier otra entrega, derrocharon tanto talento que esperé que me hayan salpicado un poco, pero lo veo difícil...
Y que más puedo decir, la enfermera ya reapareció y no en una entrega sino en varias, estuvo succionando mi eeemm alma en mis paisajes oníricos...que el minúsculo siga asi!! si, si asi ohh, ooh yeaah!!!

pd: quizás sea una buena idea filtrar los rayos de protones que emana la iluminación o el fantasmita del tap está en serio peligro de dejar de existir (otra vez).

Guille