27.9.08

OFICINA PÚBICA

Por el Sr. CamachoEscena de "Atención al ciudadano"

La excelsa puesta escénica nos mete hiperrealísticamente en una dependencia pública.
Vivi exhibe su jopo alto y su rostro impregnado por las seis horas y el cigarrillo.
Martín conserva el traje de cuando comenzó a trabajar, hace 25 años. El vidrio verde de sus anteojos indican que no pudo superar el paso de la Olivetti Lexicon 80 a la personal computer.

La pareja burocrática arremete con múltiples ofensas en cómodas cuotas.

Algo pasa entre ellos. O pasó.

En medio del fuego cruzado, ingresa Aguilera Hermes Benito, que como indicará mientras pueda, sólo viene a buscar la solicitud de su pensión por invalidez.
Ah, detalle. Le falta un brazo y habla como si arrancara cada vez, en un susurro quejoso y falto de aire.

Muuuuuuucha lástima.

La ex pareja comienza a sacar sus archivos sucios frente al infeliz y la pelea se vuelve cada vez más cruda. Aguilera intercede con un monólogo lacrimal que saca aplausos de patetismo.

Sí, es muuuuuuuy triste.

Todo escala y llega el momento en que Aguilera saca un micro-revólver y tira un tiro al aire.

“En esta dependencia por el momento mando yo”

Aquí el Minúsculo incursiona en algo pocas veces visto: la crítica social.
El manco resulta ser un veterano de Malvinas, pero que ha perdido su brazo no en campo de batalla sino cuando manejaba un taxi y sacó la mano para doblar, hecho fortuito que no le resta importancia trágica.

Martín, un valiente apócrifo hace señas con desesperación por la ventana para reclamar ayuda. Al percibir la situación, Aguilera pasa detrás del mostrador y, literalmente, desaparece en un accidente invisible y no premeditado que lo reivindica en su sufrir.

La policía, al tanto de todo, le acerca un handy hasta el piso 14 y esto nos demuestra el largo brazo de la ley.

Luego del primer diálogo apaciguador ingresa la negociadora, una mujer policía de ray-ban y aspecto grave.

Y resulta ser que la mujer policía y Martín se conocen.

“¡Martín!”, exclama la agente del orden.

A lo que Vivi agrega: “¡¿Quién es esta prostituta que sabe tu nombre?!”

Y acá se arma un conflicto tri- amoroso picantísimo.

Aguilera, como en el photoshop, pasa a la capa de atrás y queda sepultado en la edición. Nadie le lleva el apunte....mejor dicho, la solicitud.

Vivi, a esta altura, la loca, le quita el arma a Aguilera que se deja.

“No es la primera vez que veo a la muerte frente a mis ojos”.

Aguilera, muy correcto él, no se quiere meter y sólo pide una vez más que le firmen la solicitud. Vivi se la sella, se la firma y Aguilera el manco ex combatiente hasta hace tiempo para romper la cuarta pared (raro!) y pedirle a una chica del público que le pase la hoja de su legajo.

Luego se va dejando los buenos días, muchas gracias y viva la Patria.

Queda el terceto en discordia y Vivi con el mini-revólver comienza con pedidos retorcidos y auto dolorosos a la pareja: que representen cómo se conocieron, que se besen, que bailen el carnavalito como bailaba con ella mientras llora y sufre como empleada pública con retenciones jubilatorias.

En un descuido y con toda su experiencia, la mujer policía arremete contra Vivi, se produce un forcejeo y suena un disparo. La negociadora no negocia más y muere.

Martín no llora la muerte de su amante y abraza a su compañera de ventanilla.

El amor resurge entre ellos, como sucede en toda experiencia límite. Se juran amor eterno.

Entonces, son acribillados salvajemente por la policía extraescénica.

Regresa Aguilera Hermes Benito, recoge el handy y viendo los cuerpos retorcidos y llenos de plomo dice “Sí, comisario, estos son los que me tenían secuestrado”.

Y luego masculla el himno a Malvinas, mientras flamea nylon celeste y blanco.

¿Venganza?

¿Metáfora?

¿Desequilibrio comprensible?

¿Simple humor negro?

La respuesta mi amigo, queda soplando en el viento.

Fueron Angelini, del Barco, Di Cienzo, Marasini.

Si ud. los conoce, trace una línea que una nombre y personaje.

Lo Minúsculo: El insectario humano.

Lo Inesperable: La montaña rusa emocional y las caídas detrás del mostrador muy bien integradas al mundo ficcional.

Trivia A: “Dejame que haga Kapum” – Rodríguez que quería hacer los disparos vocalmente desde afuera a toda costa.

Trivia B: “Voy a hablar como Borges”, un Marasini inspirado.

Calificación: Para verlo de nuevo con aire acondicionado.

20.9.08

OPERATIVO MORLA

Ya que nadie emite comentarios, por lo menos les tiramos un multiple choice.

Esta pieza teatral me pareció:

A- Para toda la familia.

B- Para sonrojarse.

C- Un canto a la vida.

14.9.08

MUÉRDANME TODO, SEÑORITAS

Por el Sr. Camacho
Escena de "Minnesota".

Ante la inexistencia de cronistas noveles o avezados y, por extensión, al fracaso pomposo de nuestra anterior convocatoria retomamos estas crónicas teatrales con el Word 98 bien en alto. Va.

Calor húmedo. Luz ocre. Dos sudadas y sexys dejan flotar en la atmósfera pesada galones de sensualidad orgásmica. Casi que vemos los cactus y las madejas de pasto rodando bajo una brisa cálida.
Carne femenina en vivo.

Esto promete.

Las dos esperan nada sin apuro y sorbetean con desidia dos cervezas. Hasta hay tiempo para el jugueteo con un hielo profético que recorre sus anatomías exuberantes.
La libélula excitada del deseo flota sobre sus cabezas.

Suena una armónica amodorrada y los párpados pesan como guijarros arrastrados por la corriente de un arroyito perezoso.
Candy y Sandy solas se asolean al sol.

Desde allá, desde el horizonte que bailotea, se acerca lento un puntito que resulta ser una desgreñada llena de polvo, sucia y exquisita, con sus piernas tiznadas por las zarzas quemadas por el sol. Y doblada al castellano neutro.
“Se me quedó el carro.”
Penélope resulta ser la forastera que busca un teléfono para llamar a su hermano y avisar que llegará tarde a su boda.
“No tenemos teléfono. Tenemos bronceador”
“El Reanult Fuego se me quedó sin agua”.
“El fuego se te apagó”.

Extraño lugar sin agua y sólo cerveza, y un río seco en las proximidades.
“No tenemos agua, sólo hielo”.

Los escarceos eróticos revolotean como buitres en celo y le preguntan si le dicen “Pene” como sobrenombre; ella reconoce que siempre tuvo problemas por su nombre: por la actriz y por ciertos lugares que ofrecen servicios íntimos para caballeros.
Se está haciendo de noche, el pueblo más cercano está lejos y le ofrecen pasar la noche allí.

Esto promete más.

“Ey, una guitarra”. Y comienza un lacónico rasgueo acompañado por la armónica repleta de far west.
Sandy o Candy, poco importa, se acurruca entre las piernas de la chica latina color café con leche.

Esto promete todo.

Las lugareñas se apartan y vierten un sospechoso polvo blanco dentro de una botella de cerveza que luego le ofrecen con simpatía oculta.
Peni, como ya la llamaban, la acepta, la bebe y se sume en un dulce sueño.
Y por fin comienza el toqueteo. La rozan, con un índice, luego con la palma, le limpian las piernas, los brazos, el rostro.
Gimen, se auto-tocan, hasta sin avisar, y como una visión de un canal de cable codificado, un seno se asoma a ver cómo va todo.

Los jadeos van en aumento y Sandy, Candy o ambas comienzan a disputarse la presa.
Entonces, aparece la primera gota de sangre en los labios y chorreteos densos y carmesíes.
Las sudorosas cowgirls resultan ser una especie de vampiras del desierto, surgidas de un script movie en colaboración de Sergio Leone, Quentin Tarantino y bocetadas por Milo Manara.

Mientras la sorben como un helado de dos bochas, Penélope medio que despierta y se resiste un poco, pero la contingencia es hábilmente solucionada a guitarrazos y mordida sin escrúpulos.
Luego, así, toda muerta y murmurante, se la llevan para que los cuervos que ya se oyen graznar solo dejen los huesos bajo el sol.

Las vampiras, en las pieles goteadas de Angelini y Di Cienzo, con un ping pong excitante de pechos muy bien integrados a la ficción.
Penélope, una Caviccia desgarbada, altamente mordisqueable, y que desearíamos encontrarla haciendo autostop en alguna carretera perdida.


Lo Minúsculo: Un mundo a base de erotismo y granadina.
Lo Inesperable: El empalme de géneros.
Trivia: “No nos dio tiempo de ponernos los dientes de vampiro de cotillón”
Calificación: Me gustaría tenerlas a las tres en casa un sábado por la noche.

11.9.08

VESTUARIO DE CABALLEROS

Escena de "Vestuario de caballeros"
Opine con total libertad.

3.9.08

PAN Y VINO

Escena de "Pan y vino"

A pesar que nadie mandó nada, reincidimos con esta estupenda idea de que ud. se convierta en un Cronista Minúsculo.
La ocasión amerita para que se explaye en el debut puritano de Gabriel Marasini.
Si se copa, mande su artículo a teatrominusculo@gmail.com

Le recordamos que los artículos serán leídos en vivo por un ser vivo.

Vamos!