Postal de "Cosecharás tu siembra"
Un laboratorio retro atemporal enmarca a este Minúsculo delirante y delirable.
Un profesor/doctor emergido de un film de los años 50 en gama marrón.
Su pelo cano pinta con tintes su sapiencia perspicaz. Locuaz, extranjero y, se ve que en sus años mozos, un tipo pintón. Es el Dr.Marangoni de clara ascendencia italiana según apellido pero ucraniana según acento.
Lo acompaña como mascota doméstica un anexo semi-humano. Un ser neutro, asexuado, apátrida, delgado, de grandes orejas y pálido como la luna. Jardinerito sobre camisa cuadriculada y multicolor le dan un look naif.
Es Hansel, que también tiene su parte de Gretel, niño dócil y sin contaminar en un mundo cruel pero sin brujas ni chocolate.
Sus orejas curiosas lo vuelven receptivo a un mundo que desconoce y quiere conocer y vemos que es una especie de Pinocho pero sin nariz grande.
Sus orejas curiosas lo vuelven receptivo a un mundo que desconoce y quiere conocer y vemos que es una especie de Pinocho pero sin nariz grande.
El Dr. hojea su bitácora con un diálogo musical brillante y coreografiado.
“Hoy vamos a repasar la Unidad 3”
El tema no es nada liviano y trata sobre los orígenes del Universo y exige su opinión sobre las teorías Evolucionista y la Teológica. Y Hansel sentencia:
“Ambas teorías se contradicen. Me inclino por la biología”
Hansel se quiere sacar todas las dudas que tiene y vemos que es un ser muy lúcido que comienza a poner en aprietos la sabiduría del Dr. Marangoni y va mucho más allá del porqué de un infante común y babeante.
“¿Un huevo de gallina es una célula en sí misma?”
“¿Por qué no tengo cejas?”
“¿Qué es un edema pulmonar?
“¿Qué es la médula?"
El Dr., asombrosamente, zafa con la frente transpirada bien en alto. Le dice que ha llegado a la última Unidad de su formación como ser humano no sintético.
“Por fin podré llamarte Hijo”
“Papá”, dice Hansel y con una mezcla de ternura similar a Edward Sissorhands y Bob Esponja hace derretir al público presente.
“¿Mamá no va a venir? ¿Quién es?”
El Dr. Marangoni le hace cerrar los ojos y anuncia una sorpresa que consiste en un frugal pebete con una vela clavada encendida. Una torta de cumpleaños modesta. Como efecto patético le infla un guante quirúrgico que flota burlón.
Lo introduce al mundo de la tradición onomástica y le dice que le corresponden tres deseos. Debido a su pureza infantil y orgánica pide sus deseos en voz alta y es retado cruelmente por su Padre de diseño.
“Quiero irme a vivir solo. Ya maduré”, dice Hansel con rebeldía de hijo.
Una visita jadeante se acerca sosteniéndose de las paredes. Un hombre de aspecto demacrado, de sobretodo oscuro y gran talla.
Hansel se asusta y se esconde.
“Los corticoides han destruido mi cuerpo. Yo era un alfeñique de 44 kilos.”
Nuestra hipótesis de que está mal se confirma. Gime que quiere volver a ser una estrella de rock coqueteando con una decadencia extrema, como si fuera Pappo, Sandro, y David Lee Roth procesado en minipimer. Pero es Gutiérrez, nombre poco promisorio para un bravo rockero. Tal vez demasiado vanguardista.
“Mi clon al que le sacó mis células, ¿dónde está?”
Aparece Hansel y lo abraza con emoción.
“¡Gracias, loco! Tiene mis mismas manos. Es igual que yo antes de tomar los corticoides”
“Hola, mamá”, le dice Hansel.
Gutiérrez super ex star se retuerce y saca de sus partes bajas una bolsita chorreante,
“Se me revienta la diálisis”
Hansel toma la bolsita y la chupa como si fuera un juguito loco.
Comienzan sospechosos preparativos quirúrgicos con un instrumental digno de un ER tercermundista: mangueras corrugadas, cañitos, cuchilla herrumbrada y demás objetos de galpón de tío muerto.
Dispone a Gutiérrez y Hansel en sendas camillas y luego les unta con algo pringoso y al parecer frío esa zona donde solemos tener los riñones.
Hansel es una especie de huerto particular, pero en vez de cosecharse vegetales, se cosechan órganos para reponer.
Tajo va, tajo viene. Hansel gimotea: “Siento dolor, papá. ¿Eso es un pensamiento o un sentimiento?”
Luego de la nefrítica transacción el rockero se recupera milagrosamente mientras su clon agoniza en espasmos.
Luego de esto se encadenan una sucesión de hechos que van desde Gutiérrez que se descompensa y pide otro riñón, Hansel que grita “Quiero teta”, el Dr. Marangoni que pierde su acento extranjero, el rocker star que se esconde tras una cortina de pelo, el clon que grita reproches a su progenitor, Gutiérrez que sale inexplicablemente al baño y todo que finaliza con un crimen extralaboratorio a Hansel que escuchamos gorgotear por vez última.
Gutiérrez, ve promisorio su retorno a mundo metalero y el Dr. Marangoni, como atención de la casa, y tal cual fuera un caramelo masticable o un amaretti le ofrece una pierna de Hansel que extirpa con prontitud.
“Hoy vamos a repasar la Unidad 3”
El tema no es nada liviano y trata sobre los orígenes del Universo y exige su opinión sobre las teorías Evolucionista y la Teológica. Y Hansel sentencia:
“Ambas teorías se contradicen. Me inclino por la biología”
Hansel se quiere sacar todas las dudas que tiene y vemos que es un ser muy lúcido que comienza a poner en aprietos la sabiduría del Dr. Marangoni y va mucho más allá del porqué de un infante común y babeante.
“¿Un huevo de gallina es una célula en sí misma?”
“¿Por qué no tengo cejas?”
“¿Qué es un edema pulmonar?
“¿Qué es la médula?"
El Dr., asombrosamente, zafa con la frente transpirada bien en alto. Le dice que ha llegado a la última Unidad de su formación como ser humano no sintético.
“Por fin podré llamarte Hijo”
“Papá”, dice Hansel y con una mezcla de ternura similar a Edward Sissorhands y Bob Esponja hace derretir al público presente.
“¿Mamá no va a venir? ¿Quién es?”
El Dr. Marangoni le hace cerrar los ojos y anuncia una sorpresa que consiste en un frugal pebete con una vela clavada encendida. Una torta de cumpleaños modesta. Como efecto patético le infla un guante quirúrgico que flota burlón.
Lo introduce al mundo de la tradición onomástica y le dice que le corresponden tres deseos. Debido a su pureza infantil y orgánica pide sus deseos en voz alta y es retado cruelmente por su Padre de diseño.
“Quiero irme a vivir solo. Ya maduré”, dice Hansel con rebeldía de hijo.
Una visita jadeante se acerca sosteniéndose de las paredes. Un hombre de aspecto demacrado, de sobretodo oscuro y gran talla.
Hansel se asusta y se esconde.
“Los corticoides han destruido mi cuerpo. Yo era un alfeñique de 44 kilos.”
Nuestra hipótesis de que está mal se confirma. Gime que quiere volver a ser una estrella de rock coqueteando con una decadencia extrema, como si fuera Pappo, Sandro, y David Lee Roth procesado en minipimer. Pero es Gutiérrez, nombre poco promisorio para un bravo rockero. Tal vez demasiado vanguardista.
“Mi clon al que le sacó mis células, ¿dónde está?”
Aparece Hansel y lo abraza con emoción.
“¡Gracias, loco! Tiene mis mismas manos. Es igual que yo antes de tomar los corticoides”
“Hola, mamá”, le dice Hansel.
Gutiérrez super ex star se retuerce y saca de sus partes bajas una bolsita chorreante,
“Se me revienta la diálisis”
Hansel toma la bolsita y la chupa como si fuera un juguito loco.
Comienzan sospechosos preparativos quirúrgicos con un instrumental digno de un ER tercermundista: mangueras corrugadas, cañitos, cuchilla herrumbrada y demás objetos de galpón de tío muerto.
Dispone a Gutiérrez y Hansel en sendas camillas y luego les unta con algo pringoso y al parecer frío esa zona donde solemos tener los riñones.
Hansel es una especie de huerto particular, pero en vez de cosecharse vegetales, se cosechan órganos para reponer.
Tajo va, tajo viene. Hansel gimotea: “Siento dolor, papá. ¿Eso es un pensamiento o un sentimiento?”
Luego de la nefrítica transacción el rockero se recupera milagrosamente mientras su clon agoniza en espasmos.
Luego de esto se encadenan una sucesión de hechos que van desde Gutiérrez que se descompensa y pide otro riñón, Hansel que grita “Quiero teta”, el Dr. Marangoni que pierde su acento extranjero, el rocker star que se esconde tras una cortina de pelo, el clon que grita reproches a su progenitor, Gutiérrez que sale inexplicablemente al baño y todo que finaliza con un crimen extralaboratorio a Hansel que escuchamos gorgotear por vez última.
Gutiérrez, ve promisorio su retorno a mundo metalero y el Dr. Marangoni, como atención de la casa, y tal cual fuera un caramelo masticable o un amaretti le ofrece una pierna de Hansel que extirpa con prontitud.
Metió el plexo Díaz Abregú, se volvió neutro Cáceres y disimuló la risa De Battisti
Lo Minúsculo: Los efectos especiales al Ed Wood´s modus operandis.
Lo Inesperable: La ternura cruza “Platero y yo” y “E.T” de Hansel.
Trivia: El actor que interpretaba al rockero dixit: “Casi no entro porque lo que hacían los otros dos en escena estaba buenísimo”
Calificación: Para los locos por donar órganos.
Trivia: El actor que interpretaba al rockero dixit: “Casi no entro porque lo que hacían los otros dos en escena estaba buenísimo”
Calificación: Para los locos por donar órganos.
1 comentario:
Quiero felicitarlos por la obra!. La verdad creo que el género más difícil del teatro es hacer reír al público y ustedes lo consiguieron. Nos vemos esta noche.... ah eso quería saber si hay función hoy que es el día del trabajador... como puedo hacer para saber?
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