6.9.09

UN TOQUE DE COLOR

Por el Sr. Camacho
Una postal para pegar en el cuaderno del nene.

Típica sala de estar al paso. Dos femeninas se ven, la otra permanece de espaldas. Arranca y el teclado furioso y ácido las mete en un pub que no se ve.
La lacia y verde de oxfords baila con su esqueleto discordante.
La elegante de vestido negro posa y está.
De pronto cortan y discuten. Parece que estaban representando algo y una le exige a la otra un pie que no le dio. Cuando digo pie digo pauta o marca escénica, no extremidad de la pierna.

De nuevo chillout cool. Pero la cosa no anda.
“Corten”, dice la que está de espaldas. Es una mulata severa de rojo.
“Son las peores actrices que vi en mi vida”.

Parece que las dos están en algún tipo de terapia con algún tipo de terapeuta.

“Hablemos de lo que pasó (PAUSA) ¿Qué pasó?” , propone Tina, la mulata terapeuta.
Las chicas son Guille la gata elegante y Sole la chica dura. Y son pareja.
La moderna terapeuta les hizo representar la bolichera escena porque así se conocieron.

Tina da una breve charla de psicología básica para toda la familia y les pide que cuenten en detalle cómo fue ese momento.
Guille cuenta pormenorizadamente la noche del flechazo.

Boliche. Miradas. Guille cuenta que va hacia ella y se tropieza. Y Sole le dice: “Me gusta tu peinado”. Un clima romántico las envuelve.
“Bueno, basta. Me aburrí”, baja la persiana romántica Tina y le pide a la otra media naranja su versión.

NOTA: en el público, un fotógrafo reidor con una cámara con un teleobjetivo como si estuviera en el Chateau le sacaba fotos a las actrices.

Tina, muy terapeuta, pide síntesis sin favor.
La versión de Sole difiere en algunos aspectos: le dio pena el tropezón de Guille y al verla le dijo “No me gusta tu peinado”
¡Para qué! Se arma tremenda discusión y comienza a aflorar la lencería al sol.
Sole es sumamente hipocondríaca. En su relación enumera que tuvo: cáncer de colon, tumor en el cerebro, gastritis y sida, pero se curó.

Ambas se hacen daño recíprocamente y yendo de menor a mayor.
“No te metas, Tina”
“Sí; que se meta que le estamos pagando”


Tina pregunta si trajeron el objeto que les pidió que según cada una representa a la otra.
Guille trajo un paraguas pero sin mango. “Eso representa Sole para mí”
“¿Qué lo sostiene?”, pregunta Tina.
“Ese es el problema. No tiene palo”, responde Guille.
Tina se despacha sobre la representación de lo fálico y el tema comienza a batirse como para hacer merengue.
Se desarrolla el siguiente diálogo que tipeo con reparos.

GUILLE- Una vez compramos un juguete.
TINA- ¿Qué cosa?
SOLE- Un palo…pero más…redondeado.
TINA- ¿Con huevos?

En este punto se arma una que no da para descripciones detalladas sino sólo para vagas generalidades.
Un diálogo sexual gentil, cuidado y nada gratuito pero irreproducible que cierra con la pregunta de la terapeuta “¿Con qué gozan?” y la respuesta explícita sobre la sexualidad femenina vociferada por el fotógrafo del teleobjetivo.
Le llega el turno del objeto a Sole y trae un plato.
“Playo, pequeño y vacío”. Simbolismo puro.
Guille quiere decir algo pero le cuesta.

Nuevo desbarranque de la mulata: “¿Te gusta el pene? ¡Cómo no te va a gustar si el pene da vida!”, dicho con una vehemencia sonrojante.

Discuten nuevamente y Sole abraza a Tina.
“Esto no es ético, no me toques. (PAUSA) Yo me toco sola.”

En eso le suena el celu y tiene una llamada de su hijo:
“¡Hola, hijo!.... ¿Cómo te fue en el examen de ingreso?....Venite en 10 minutos….Beso”
Sole sigue llorando:
“Necesito contención, doctora”
“Bueno, busque a su madre”

La terapia continúa por carriles insólitos hasta que Guille recibe una llamada a su celular.
Se excusa y habla muy románticamente. “Estoy en terapia… ¿Te fue bien? ¿Qué te sacaste?”
Luego comete el pecado del “cortá vos…no vos”
Finalmente corta y aclara: “Mi vieja”
Sole se da cuenta del engaño y todo explota.
“¡Hablaba con Fede!”, revela Guille. Y que salen desde hace dos meses.
Tina sospecha, le pide el celu y compara los números en llamadas recibidas.
Luego se le va la terapeuta al demonio y toma del cuello a Guille al grito de “¡Decime el nombre del pibe!”
“Fede Romero”
“¡Es mi hijo!”,
aclara Tina.
“¡Estás saliendo con un negro, pelotuda!”, le recrimina Sole.
El pibe tiene 18 y ella 35.
“¡Es mi nene, yo lo circuncidé!”, clama la madre traicionada.
“¡Encima de negro, judío!”, arrebata Sole.

La debacle ya no tiene retorno posible.
Sole y Guille medio que recomponen su relación y deciden buscarse otra terapeuta.
Tina las insta a hacer “el ejercicio del viento”.
“Volá para allá, literalmente”
Ellas giran sobre sí mismas como torbellinos femeninos.
Pero Tina no puede con su profesionalismo y corrige.
“Está mal. El viento latiga” y comienza a girar como una Pomba Gira demente y posesa.

Luego se va y les deja:
“Me voy, me dan asco, tortas de mierda”

Se regocijaron Angelini, Cavicchia y Di Cienzo.

Lo Minúsculo: La guerra de las canciones y el blues negro con coristas incluidas.

Lo inesperable: La participación dialoguista activa del público.

Trivia: “No la voy a hacer negra, la voy a hacer mulata nomás”, la actriz respectiva.

Calificación: Un paraguas sin mango.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que linda negraaaaaaaaaaaaaa!!!!!!

Fer dijo...

Calificación: Todos los colores del Arco Iris!
Las tres juntas son explosivas! Que manera de reirnos...nosotros y ustedes también! Son unas genias!