Postal de "El cuarto de la nena".
La nena tiene revistas con chicas desnudas.
“El tema con la nena viene de tu rama” , y le trae a colación los gustos sexuales de un primo lejano.
Viene llegando la nena con una amiga y Dolores la mamá celadora se esconde tras un perchero.
Las nenas están conectadas emocionalmente a un MP3 y casi son el espejo de la otra.
Son Mauri (María Victoria) y Alex (Alexandra). Chicas de compromiso Flogger, dark, alternativo, neo gótico y todas las cruzas post-estéticas del Wikipedia.
Mauri, de flequillo indolente, rostro lavado, pantalón de jean y remera que comparte “A mí no me importa nada”.
Bailan viendo sus canales favoritos de música, hablan de sus cosas e inevitablemente de la madre que podemos ver y ellas no.
“Tu vieja es vieja, ¿no?”
Nos enteramos que los padres se disputan por quién dejó a quién.
Hay una cama cerca, así que comienzan los arrumacos amorosos mientras la madre observa todo con horror heterosexual.
Y entonces, le suena el celular y es descubierta.
“¡Mañana vamos a ir a la iglesia!”, dice la madre en cristiana amenaza materna.
Alex la trata con singular confianza y la llama “Dolo”
“Mi mamá probó todo. Yo te puedo hacer un favor, si querés”
La madre se muerde, se frunce, toma whisky, se le llena de hipertensión el cuello y hasta hay lugar para filosofía profunda y adolescente:
“Me gusta el pelo para donde quiere ir”, dice Mauri o María Victoria.
Deben decirle algo importante.
“Queremos que Mauri se opere”
En un arranque de honestidad sexual María Victoria se baja los pantalones y se pasea en boxers.
Dolores descarrila: “¡Te querés poner un pene! ¿¿¡Te lo vas a inflar para que se te pare!??”
Mauri cuenta que vio todo por el youtube y comparte sus conocimientos con gráficos ejemplos que no llevaron al chiste fácil, que estaba servido On the Rocks.
Siguen las máximas maternas de incorrecto pero vox populi contenido:
“¡¿Por qué no se van todo a una isla y se dejan de joder??!”
Mientras, María Victoria coloca su puño dentro del boxer y lo mueve, con fantasioso deseo.
La pareja cuenta que financiará la intervención cediendo los derechos de televisación a un TV Reality. La madre debe firmar la autorización que su padre ausente ya firmó.
Dolores se niega a gritos pero es hábilmente convencida por su hija:
“Si no firmás le digo a todo el mundo que papá es puto”.
Firma, aclaración y DNI y la feliz pareja diferente parte rumbo al quirófano como quien se va al kiosko.
La madre queda sola en penumbras mirando la TV que tiñe su gris de azul.
Turn off.
Pensaron distinto por un rato Angelini, Cavicchia y Di Cienzo.
Lo Minúsculo: El tratamiento de las nuevas tendencias de los parámetros sexuales.