Lo minúsculo: La incursión de los actores en el código del culebrón.
Lorena Cavicchia
Un jugador/actor entra a la cancha, su compañera tiene dominada la pelota, se muestra, la compañera lo percibe, no lo mira y como en el mejor momento del papá jugando el sábado (jugador de Vélez con las mejores asistencias del campeonato) lo habilita cantando...
Así empieza el Minúsculo del dia 12 de junio, "Día Internacional Contra el Trabajo Infantil".
No podía empezar mejor, mostrando brillo, la altura no importaba, apareciendo Barbizi con su música en teclado y permitiendo la entrada al más grande de todos los tiempos: el Bochini uruguayo, que, demostrando una faceta más que todos en esa sala desconociamos, volvió a generar alucinación tras la interpretación de un linyera que encubria otra realidad
Lorena Cavicchia demostró que tiene muchos ases bajo la manga, por eso hay que tratar de desvestirla en escena, cosa que YO no pude, pero si pude dejar mi cuota de malicia con el uruguayo.
La escena brilló, el equipo trabajó con todo enchufado, la música como siempre nos salvó de aquellos momentos en donde la escena deja de ser y pasa a pensarse desde un tarro de 200 litros.
Un cambio radical o peronista, en medio de la historia, de un realismo iluminado a un melodrama venezolano.
Un Minúsculo para no olvidar, una historia real que fue contada, un dramatugo reservando su identidad y un final tal cual:
Roberto- Julio, sos el mejor amigo que un hombre puede tener.
Julio- Roberto, sos el mejor amante que mi mujer puede tener.
FIN DE LA OBRA
Gonzalo Dreizik
Tuvo un comienzo genial y creo que fue redondito. Lo disfruté como pocos. Las pautas internas fueron escasas por lo que se reforzó mucho la escucha y teníamos los radares encendidos. Casi por miedo.
Dreizik muy medido y pícaro, y Cavicchia receptiva y propuestera.
Yo hice lo de siempre, metí un par de pausas, me mastiqué el bigote postizo con un pedazo de tarta y me hice el vivo y le hice fondo blanco a una copa. Después medio que me sentí mal y me ardían las orejas. ¿Eso sienten los que le dan al vinacho? ¿Por qué toman???
Abundó en maldad escénica y Drei, brillante y lúcido, se desquitó por otras que le hice y me hizo fumar. Muy feo. Después me tuve que ir a clavar un heladito para compensar.
Aparecieron momentos que no premeditados, como el abrazo sufrido entre los dos ex amigos. O los nombres de los hijos que todos no pude recordar.
La superposición de vestuarios, el de linyera sobre el de tipo trajeado, me daba calorcito pero me gustaba la idea de la mariposa saliendo del capullo. Tenía pensado revelarlo de a poco, pero salió de un tirón.
Estuvo divertido el cambio de registro. Comenzó naturalista y la idea era que al revelarse el marido camuflado cambiara abruptamente a culebrón o incursionara en código shakespeariano. Pero en escena salió el culebrón.
Barbizi la descosió. Visionario de climas y genial en el punteo de la guitarrita.
Lo Minúsculo: La historia inverosímil.
Lo inesperado: Los textos escénicos.
Trivia bambalinera: “No te rías”, amenacé a Dreizik que se vengó con habilidad.
Jorge Monteagudo