La excelsa puesta escénica nos mete hiperrealísticamente en una dependencia pública.
Vivi exhibe su jopo alto y su rostro impregnado por las seis horas y el cigarrillo.
Martín conserva el traje de cuando comenzó a trabajar, hace 25 años. El vidrio verde de sus anteojos indican que no pudo superar el paso de la Olivetti Lexicon 80 a la personal computer.
La pareja burocrática arremete con múltiples ofensas en cómodas cuotas.
Algo pasa entre ellos. O pasó.
En medio del fuego cruzado, ingresa Aguilera Hermes Benito, que como indicará mientras pueda, sólo viene a buscar la solicitud de su pensión por invalidez.
Ah, detalle. Le falta un brazo y habla como si arrancara cada vez, en un susurro quejoso y falto de aire.
Muuuuuuucha lástima.
La ex pareja comienza a sacar sus archivos sucios frente al infeliz y la pelea se vuelve cada vez más cruda. Aguilera intercede con un monólogo lacrimal que saca aplausos de patetismo.
Sí, es muuuuuuuy triste.
Todo escala y llega el momento en que Aguilera saca un micro-revólver y tira un tiro al aire.
“En esta dependencia por el momento mando yo”
Aquí el Minúsculo incursiona en algo pocas veces visto: la crítica social.
El manco resulta ser un veterano de Malvinas, pero que ha perdido su brazo no en campo de batalla sino cuando manejaba un taxi y sacó la mano para doblar, hecho fortuito que no le resta importancia trágica.
Martín, un valiente apócrifo hace señas con desesperación por la ventana para reclamar ayuda. Al percibir la situación, Aguilera pasa detrás del mostrador y, literalmente, desaparece en un accidente invisible y no premeditado que lo reivindica en su sufrir.
La policía, al tanto de todo, le acerca un handy hasta el piso 14 y esto nos demuestra el largo brazo de la ley.
Luego del primer diálogo apaciguador ingresa la negociadora, una mujer policía de ray-ban y aspecto grave.
Y resulta ser que la mujer policía y Martín se conocen.
“¡Martín!”, exclama la agente del orden.
A lo que Vivi agrega: “¡¿Quién es esta prostituta que sabe tu nombre?!”
Y acá se arma un conflicto tri- amoroso picantísimo.
Aguilera, como en el photoshop, pasa a la capa de atrás y queda sepultado en la edición. Nadie le lleva el apunte....mejor dicho, la solicitud.
Vivi, a esta altura, la loca, le quita el arma a Aguilera que se deja.
“No es la primera vez que veo a la muerte frente a mis ojos”.
Aguilera, muy correcto él, no se quiere meter y sólo pide una vez más que le firmen la solicitud. Vivi se la sella, se la firma y Aguilera el manco ex combatiente hasta hace tiempo para romper la cuarta pared (raro!) y pedirle a una chica del público que le pase la hoja de su legajo.
Luego se va dejando los buenos días, muchas gracias y viva la Patria.
Queda el terceto en discordia y Vivi con el mini-revólver comienza con pedidos retorcidos y auto dolorosos a la pareja: que representen cómo se conocieron, que se besen, que bailen el carnavalito como bailaba con ella mientras llora y sufre como empleada pública con retenciones jubilatorias.
En un descuido y con toda su experiencia, la mujer policía arremete contra Vivi, se produce un forcejeo y suena un disparo. La negociadora no negocia más y muere.
Martín no llora la muerte de su amante y abraza a su compañera de ventanilla.
El amor resurge entre ellos, como sucede en toda experiencia límite. Se juran amor eterno.
Entonces, son acribillados salvajemente por la policía extraescénica.
Regresa Aguilera Hermes Benito, recoge el handy y viendo los cuerpos retorcidos y llenos de plomo dice “Sí, comisario, estos son los que me tenían secuestrado”.
Y luego masculla el himno a Malvinas, mientras flamea nylon celeste y blanco.
¿Venganza?
¿Metáfora?
¿Desequilibrio comprensible?
¿Simple humor negro?
La respuesta mi amigo, queda soplando en el viento.
Fueron Angelini, del Barco, Di Cienzo, Marasini.
Si ud. los conoce, trace una línea que una nombre y personaje.
Lo Minúsculo: El insectario humano.
Lo Inesperable: La montaña rusa emocional y las caídas detrás del mostrador muy bien integradas al mundo ficcional.
Trivia A: “Dejame que haga Kapum” – Rodríguez que quería hacer los disparos vocalmente desde afuera a toda costa.
Trivia B: “Voy a hablar como Borges”, un Marasini inspirado.
Calificación: Para verlo de nuevo con aire acondicionado.